Si bien es cierto resulta sano para una sociedad, que se generen escenarios de debate y discusión, también es cierto que estos deben de desarrollarse en un ambiente de cordialidad, respeto, tolerancia y consideración, permitiendo que se establezca una comunicación productiva, donde las diferentes partes participantes se sientan comprometidas con el bien común y no con el bien particular.
Las polarizaciones son demasiado peligrosas, ya que generan distancias entre las personas y rompe la comunicación, convirtiéndose en un caldo de cultivo para incrementar conflictos, donde las fuerzas del mal ingresan a destruir y oscurecer.